Hacía mas de un mes desde la última sesión, quería volver a la terapia porque es el único lugar en el que entro hecha un nudo y salgo desatada completamente.
No creais que es fácil someterse a esta terapia. Sergio tiene el poder de conectarme con mi ser real y salga quien salga de mi, siempre lloro a moco tendido. Aun lo recuerdo y los ojos se me humedecen. Según entro le digo: te tengo miedito, a lo que me responde con certeza: ''A mi no, te tienes miedo a ti misma''. Cuanta razón tiene! toquetearse por dentro y sumergirse en las profundidades del alma, es solo para valientes.
El hace que todo sea natural, me hace sentir tan cómoda y tan en confianza, que me puedo abrir sin miedo a ser juzgada. Miro a Sergio en ese momento y lo siento no solo como terapeuta, sino como amigo, como padre, como novio, como hermano mayor. Todo lo que dice y como me lo explica, me permite ir haciendo las pases con el lado masculino del mundo.
Durante la terapia, muchas veces pensé: Todas las mujeres nos merecemos un Sergio en nuestras vidas. Y lo digo, porque nosotras muchas veces nos rebanamos los sesos haciendonos mil preguntas sobre como son los hombres, que piensan ellos, que sienten, que les hacemos sentir, que quieren de nosotras, etc, etc. Preguntas que aun a mi edad me hago. Sin embargo, él me ha permitido llegar a una conclusión: Todos, independientemente que seamos hombres o mujeres tenemos las mismas dudas, actuamos de la misma manera y queremos lo mismo del otro. Sentimos igual.
Han pasado 3 días desde la terapia y aun estoy digiriendo todo lo que aprendí. Es increíble como a través del movimiento de mi energía sexual, colocando sus manos sobre mi cuerpo, puede ayudarme a sacar todo eso que está incrustado en mi. Siento que se van rompiendo capas de dureza. Hasta la menstruación me volvió a venir. No es casualidad.
Ahí abajo en mi coño, hay una memoria ascentral que parece que contiene el mundo. Es una memoria a la que no puedo acceder sola, ya lo he intentado. Sergio, en cambio, me ayuda a llegar a ella. Cuando me lleva a ese lugar, tocando puntos de placer, me hace llorar, me conecta con partes de mi que estan abandonadas y que necesitan que yo misma vaya en su busqueda. Las rescato, las traigo a la superficie y comienza la sanación.
Necesitaba escribir sobre esto, no se si por compartirlo o por sacarlo de mi pecho, pero lo necesitaba hacer. Ojalá el mundo fuera mas benevolente con la sexualidad de las personas. Si aprendieramos a manejar el sexo de la forma natural como lo vivo en las terapias sexitivas, las personas tendriamos menos complejos, miedos, inseguridades y quebraderos de cabeza.
El sexo es bello si lo hacemos hermoso y para eso debemos liberarlo de prejuicios.
Gracias Sergio.
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